Henchido mi corazón que sabe amar, perdonar, adorar. Alta mi frente por dar sin esperar recibir nada a cambio Orgulloso mi espíritu por navegar la vida con coraje Y también por fluir en sus aguas dejándome llevar.
Rocío en mis ojos, donde todo se vuelve cristal líquido Hormigueo en las yemas de mis dedos sólo por tocar El pensamiento sirve a fin de entender y aceptar que en la vida estamos de paseo y siempre es carnaval.