Los Recursos de Agua
Pese a una aparente abundancia, el agua dulce, habida cuenta del crecimiento de
las necesidades humanas, es relativamente rara en la biosfera.
A diferencia de muchos otros problemas de recursos que no llegarán a ser cruciales más que
en un futuro más o menos lejano, el del agua dulce es actual.
La mayor parte de los paises industrializados sufren ya una grave penuria, incluso aquellos que a
priori parecen mejor provistos de dicho elemento.
Si tenemos en cuenta el incesante aumento de las necesidades de agua en la civilización
contemporánea, en particular los enormes volúmenes consumidos por las naciones de gran expansión
industrial; si no olvidamos las grandes cantidades de agua necesarias en la agricultura no solamente
en los paises desarrollados sino también en los en desarrollo cuya galopante demografía empuja
a una explotación de tierras semiáridas con ayuda de la irrigación, se llega a la conclusión de que
el agua es ya escasa en no pocas regiones del mundo. Figura en el primer plano de los recursos
naturales susceptibles de faltar a la humanidad en un futuro próximo.
Desgraciadamente, la mala gestión, e incluso el despilfarro, de los recursos de agua son hoy,
por el contrario, la regla en los paises industrializados.
La contaminación accidental, o por negligencia, de las capas freáticas más profundas
compromete el porvenir de nuestras reservas hídricas e impedirá su utilización cuando se
ponga de manifiesto su necesidad. En fin, las existencias de agua están igualmente limitadas por
las exigencias de los consumidores, quienes acrecientan su empleo por la elevación del
nivel de vida. Este fenómeno es tanto más notable en nuestros días cuanto que los habitantes
de los paises occidentales exigen de las aguas un grado de puerza que curiosamente no
exigen en el aire que respiran.
Si examinamos ahora, no los volúmentes de agua dulce disponible, sino su distribución geográfica, se
constata que ese elemento es no solamente bastante escaso en la biosfera sino que además se halla
muy mal distribuido en la superficie de las tierras emergidas. Así, en más de la mitad de los continentes,
el agua dulce exite en cantidades insuficientes o bajo una forma inutilizable para los
fines agrícolas o industriales.