Todos hemos llegado a ver a los niños luchando por desenvolver un obsequio de cumpleaños. Tal vez esta sea una metáfora equivocada porque de hecho, ellos disfrutan el proceso. Pero nosotros los adultos sabemos lo complicado que puede ser abrir un obsequio bien envuelto. Sin embargo, lo hacemos de igual forma porque sabemos que hay algo especial adentro.
Las bendiciones trabajan de la misma manera. La ley cósmica del “pan de la vergüenza” dicta que el Creador no puede enviarnos Luz directa, sino que más bien, debe esconderla en desafíos llamados klipots (cáscaras). ¿Cuál es la lección? todas las dificultades contienen un obsequio adentro.
Me retracto, la metáfora de los niños sí funciona. Podemos aprender de ellos al emocionarnos más cuando desenvolvemos nuestros desafíos y al tener mayor certeza en que estos contienen obsequios.
Yehuda Berg .
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