Deseo una bota gastada, una cuchara torcida, una tijera sin filo, un reloj sin manecillas, una vieja cafetera...
Entre todo y mis manos, quiero armar un navío. con un papalote por vela y flores en el sombrero, subir a bordo, volar de nuevo.
Entre estrellas insomnes y astros aún sin nombrar. reencontrarte en mi pasado, revivir la inocencia, saber que volveremos a desamarnos.
Descubriendo la maravilla del deseo incontenible, de la inexistencia del miedo, del deber inexcusable, impostergable, de estar juntos.
En este juego infinito del azar y del olvido del que siempre renacemos, con el que nos curamos antiguas, futuras heridas.
Por eso te pido, Mago, Creador, o quien seas allá arriba... Si algún día escuchas mis ruegos, que deseo recobrar aquella niña que extravié a los once años. Porque con ella perdí los planos de mi nave.