Hay personas que no se dan cuenta que uno se enamora con el corazón, y no con la cabeza.
Y es que cuando estamos enamorados, pero enamorados de verdad, no nos importa más nada.
Lo ilustro con dos vivencias personales.
Me acuerdo que cuando estaba recién graduado, me encontraba (yo soltero)
con un compañero de trabajo (él casado), y conocimos a una dama,
con quien entablamos conversación.
Pues la dama en cuestión quedò prendada de mi compañero,
y se enamoraron y mantuvieron una relación por unos cuantos años.
En días pasados, cenaba con otros compañeros de trabajo,
y saliò a relucir el tema de otra compañera de trabajo que,
estando casado por varios años y con su mamá enferma que ameritaba
sus cuidados diarios, se fue por 2 semanas a una isla del Caribe con su nuevo amor,
unos cuantos años más joven que ella.
Y el común denominador es que, como digo en el párrafo inicial, cuando uno se enamora,
uno lo hace con el corazón, y no con la cabeza.
Y cuando empezamos a racionalizar una relación, es que no estamos enamorados de verdad.
Cuando estamos enamorados no nos importa la edad, ni el estado civil,
ni la ubicacìón geográfica, y ahora ni siquiera el sexo.
Dejamos todo botado cuando nos enamoramos.
No nos importan las consecuencias de nuestras acciones,
siempre y cuando estén signadas por el amor.
¿Eso será bueno? Pienso que como todo, debe haber un balance.
Y tu, qué piensas?
Luis Castellanos