Amor, si al cerrar tus ojos, tu piel se llega a estremecer y siente ese sutil movimiento, como de quién avienta, un beso cálido al viento por medio del refugio de la noche... quizás sepas Tú, que al cerrar Yo mis ojos, es tu boca la que sella ese movimiento estremecedor; el beso que dentro de mi corazón, palpita y corre por las venas, apresurado entre las estrellas para llegar fundido a Ti, de ese color mío, rojo carmesí, con el sabor azucarado de la miel, y esa fina tesitura de una rosa, tan llameante como un volcán, tan corrosivo que se escurre por toda tu excitante piel; no abras los ojos amor mío, que del encanto mi beso se esconde y del sueño me despierto y la imaginación se distrae somnolienta, hacia donde tu mirada se pierde, déjame sentirte así, delirantemente así, con tu aliento quemando mi rostro, tus ojos hundidos a mis pestañas, en tus brazos sentirme atrapada y en tu cuerpo, lentamente enredada; un beso con el deseo ferviente de mi amor, que en distancia se pierde entre el cielo, hundida en mi almohada, para llegar a Ti, vuela presuroso en los confines de la luna, envolviéndose en la locura por tu boca, de dulce miel y ardiente fuego, tocando con mis alas desplegadas, las líneas que separa el cielo del infierno; no despiertes corazón, no abras tus ojos, ¡No te marches de este beso de ensueño!.
A/D
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