Pones un montón de esfuerzo y de energía en vivir. Así que de manera periódica, tómate algún tiempo para sentir plenamente tu vida y el mundo en el que vives.
Dedica algo de tiempo sin otro propósito que absorber toda la riqueza de la cual formas parte. Deja de lado, por un tiempo, la necesidad de analizar, de criticar, de juzgar y de reaccionar.
Deja que tus pensamientos se aquieten. Siente la maravilla, la bondad, la belleza de, simplemente, ser y de saber que tú eres.
Vivencia la vida, no con el objeto de sacar ninguna ventaja ni de impresionar a nadie. Siente tu vida porque la profundidad de tu riqueza no tiene límites.
Cuanto más plenamente vivencies y valores la vida, más te descubrirás necesitando menos y teniendo más. Siente la vida, y verás claramente lo rico que ya eres.
La vida es un regalo tan precioso que no tiene igual. Vivénciala, y date ese regalo para ti y para los demás.