Quedamos sorprendidos cuando uno se da cuenta, por periódicos o radioemisoras, que los sicarios no superan los 18 años. Cuando los cuerpos de los 3 o 4 ejecutados correspondían a adolescentes de hasta 14 años de edad. Frente a lo anterior, el Psiquiatra Dominicano CÉSAR MELLA, hizo publicar el siguiente trabajo, que a todos los padres, o que serán abuelos algún día, debe interesarles. El texto es el siguiente:
"Yo planteo las siguientes preguntas: ¿Cómo eduqué, o cómo estoy educando a mis hijos? ¿Qué valores inculco o inculqué a mis hijos?
"A los jóvenes de este siglo hay que llamarlos varias veces, por la mañana, para llevarlos a la escuela. Y digo llevarlos porque no tienen que tomar el autobús, o caminar larguísimas distancias para llegar a ella. "Se levantan, generalmente, irritados porque se acuestan muy tarde; se quedan viendo televisión por cable, jugando playstation, hablando o enviando mensajes por teléfono o chateando por la Internet.
"No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos en poner un dedo en nada que tenga que ver con arreglar algo en el hogar. "Tienen los juegos y equipos digitales más modernos del mercado: Ipod, blackberry y computadora; eso no puede faltar, como tampoco el pago por su actualización. Hoy los hijos, muchas veces sin merecerlo, presumen con el celular más novedoso. El nextel más costoso. La Lap más equipada. Nada les costó. Si se descomponen, para eso estamos. ¡No faltaba más! Hay que pagar la reparación, a la brevedad y sin chistar.
"Idolatran a amigos y a falsos personajes de realities de televisión. ¡Ah!, pero viven encontrándole defectos a los padres, a quienes acusan a diario de que sus ideas y métodos están pasados de moda. "Se cierran automáticamente a quien les hable de moral, honor y buenas costumbres, y peor si es de religión. Lo consideran aburridor. Ya saben todo y, lo que no ¡lo consultan en Internet! "Y cuando se les exige lo más mínimo en el hogar o en la escuela, lejos de ser agradecidos te contestan, con desfachatez: 'Yo no pedí nacer, es tu obligación mantenerme'; o 'quién les manda andar de calientes'.
"Definitivamente, estamos jodidos, pues la idea de que hagan su vida independientemente se aleja cada vez más, pues aun graduados y con trabajo hay que seguir manteniéndolos, pagándoles deudas, servicios y hasta los partos de sus hijos.
"Con lo anterior, me refiero a un estudio que indica que este problema es mayor en chicos de la sociedad de clase media o media alta (o de capas medias urbanas), que bien pudieran estar entre 14 y 28 años, si es correcto 28 años o más. ¿Lo pueden creer? Y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero dolor de cabeza.
"¿Entonces en qué estamos fallando? Yo sé: dirán que los tiempos y las oportunidades son diferentes, pues para los nacidos en los años cuarenta y cincuenta, el orgullo reiterado era levantarse de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que tenían que ayudar a limpiar la casa; no se frustraban por no tener vehículo, andaban a pie a donde fuera, siempre lustraban sus zapatos, los estudiantes no se avergonzaban de no tener trabajos gerenciales o ejecutivos, aceptaban trabajos como limpiabotas y repartidores de diarios.
"Lo que les pasó a nuestras generaciones, es que elaboramos una famosa frase que no dio resultado y mandó todo al diablo: ¡Yo no quiero que mis hijos pasen, los trabajos y carencias que yo pasé!
"Nuestros hijos no conocen la verdadera escasez, el hambre. Se criaron en la cultura del desperdicio: agua, comida, luz, ropa, dinero. "El dáme y el compráme, siempre fue generosamente complacido convirtiendo a nuestros hijos en habitantes de una pensión, con sirviente (a) y todo incluido, que después intentamos que funcionara como hogar.
"Es alarmante el índice de divorcios que se está generando, van a la conquista de su pareja y vuelven al hogar, sólo unos meses más tarde, divorciados, porque 'la cosa' no funcionó; ninguno de los dos quiere servir al otro en su nueva vida. Como nunca batallaron en la pensión con sirviente incluido, en la que se les convirtió el hogar paterno, a las primeras carencias en el propio, avientan el paquete y regresan a la casa para que la mamá y el papá continúen resolviéndoles la vida.
"Este mensaje es para los que tienen hijos, que pueden todavía moldearlos; edúquenlos con principios y responsabilidades. Háganles el hábito del ser agradecidos. "Háganles el hábito de saber ganarse el dinero con honestidad, la comida, la ropa, el costo de la estancia en la casa en la cual no aportan para el pago de servicios. "Háganles saber lo que cuesta cada plato de comida, cada recibo de luz, agua, arriendo... "Háganles sentir en su casa, cómo se comportarían ustedes en casa ajena cuando van de visita.
"Por ese domingo o cuota semanal o mensual, edúquenlos en la cultura de la correspondencia y el agradecimiento. Que los sábados o domingos laven el carro, ayuden a limpiar la casa, NO SU CUARTO, esa debe ser obligación de siempre sin pago de por medio. "Háganles la costumbre de limpiar sus zapatos, de que paguen simbólicamente, por todo lo que gratuitamente reciben, implántenles la ideología de ameritar una especie de beca escolar que ustedes pagan, y por la que ellos no pagan ni un centavo, eso puede generar una relación en sus mentes trabajo=bienestar.
"Que entiendan que asistir a la escuela, es un compromiso con la vida, que no es ningún mérito asistir a ella. De la responsabilidad con que cumplan ese compromiso, dependerá su calidad de vida futura. "Todos los niños deben desde temprano aprender a lavar, planchar y cocinar, para que entiendan la economía doméstica en tiempos que podrían ser más difíciles.
"Cuida lo que ven y ves con ellos en la televisión, y evita caer en el vicio social llamado telenovelas, los videojuegos violentos, la moda excesiva y toda la electrónica de la comunicación que han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó. "Cuando te ocupes en corregirlos aconséjalos, platica con ellos, no los ofendas, no los reprendas en público. Si lo haces, nunca lo olvidarán. Nunca te lo perdonarán.
"Estamos comprometidos en revisar los resultados, si fuimos muy permisivos, o sencillamente hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las empleadas domésticas y en un medio ambiente cada vez más deformante. "Ojalá que este mensaje llegue a los que tienen la oportunidad de cambiar o hacer algo al respecto. Ya los abuelos pagaron. Nosotros estamos pagando con sangre la transición.
"Que cada quien tome lo que la corresponda. Que haga lo que pueda y quiera. "Recuerda que para que triunfe el mal, sólo se necesita que la gente buena lo permita".
(Recibido en mi correo)
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