Dame un poco de tiempo y te apuraré en este último trago, trago de un vino dulce para este paladar amargo. Solo un poco de tiempo que ya me marcho... y ahogaré en este último trago otro sueño no realizado.
Dame un poco de tiempo, que entré tan dentro de tu alma... que perdida ahora me hallo, pero tranquilo, que ya me marcho. Solo un poco de tiempo... que tu perdón hoy reclamo por colarme sin permiso tan dentro de tu corazón, sin rechazo.
Dame un poco de tiempo, que ya quiero matar lo que siento, pero muero un poco en esta lucha porque el sentir me hace desgarros. Dame un poco de tiempo y regálame un último abrazo para cerrar estas heridas de mi lucha... ¡porque me marcho!
Solo un poco de tiempo es lo que hoy reclamo, que mi penitencia ya la comencé... y fuera es dónde la acabo. Dame un poco de tiempo, que escalo de este fondo tuyo tan hondo por el que sin permiso me deslicé. ¡Y tranquilo, que ya me marcho!
Un poco de tiempo, eso fue lo que te tuve... Llegaste, te vi... te abracé... ¡y me marcho! Dame un poco de tiempo, que prefiero marchar yo de este nido desolado... ¡a que yo te vea partir de mi lado!
Dame un poco de tiempo para perderme en tus ojos otra vez, que después de hacerlo yo sabré si de verdad deseas no volverme a ver. Dame un poco de tiempo, que estoy tus palabras recordando: “Si tu te vas... yo me marcho”, ahora sigues...