Los cinco sentidos son nuestras ventanas y puertas al mundo, a una vida plena y llena de significado. Ser conscientes de los sentidos es prestar atención a nuevas experiencias... con los ojos vemos los colores y sus tonalidades, con los oídos escuchamos la música, el canto de las aves, la voz de nuestros seres queridos. Con el olfato distinguimos los alimentos , el aroma de las flores y el sutil encanto de un perfume. Con el gusto saboreamos los alimentos y diferenciamos una manzana de un exquisito dulce de leche. Por eso propongo nos detengamos un instante para entrenar al sexto sentido que está a veces medio dormido esperando ser incentivado ... donde se encuentra la esencia del SER. Escuchar el propio silencio, aprender de los años y observar los pensamientos uno tras otro, es encontrarse con nuestro YO, detenerse y sentirse... Sentir por ejemplo el espacio que hay entre ellos... hasta que lo que atormenta pueda ser eliminado...
Cuánto más ensayo este ejercicio puedo ver ese intervalo entre pensamientos...
Así se va limpiando la mente para poder volver a llenarla de un modo consciente y más puro...