Cuando el camino se hace cuesta arriba, cuando las cosas andan mal -como a veces sucede-, no lo dejes, no abandones.
Cuando no consigas resultados, y se sumen los problemas, cuando quieras sonreír y sólo puedas suspirar, no te rindas, no te caigas.
Cuando la suerte te sea adversa y no encuentres fuerzas para seguir, no renuncies.
Cuando no encuentres compañeros de lucha, ¡hay manos que sostienen las tuyas!, no te apures.
Cree y siente en cada minuto de tu vida, deja que tu alma vuele libre, hay algo superior que no puedes ver pero sí sentir…
Cierra los ojos por algunos minutos y deja tus pensamientos volar por sitios de amor.
Tu alma desea estar libre para darte fuerza y estímulo, ¡intenta algo!.
No podemos cambiar el mundo, ni quitar todo el dolor de la Tierra, ni tener ya resueltos todos nuestros problemas, pero podemos cada minuto mirar con ojos de amor a cada cosa.
Si pensamos que todo es pasajero, miraremos con cariño lo negativo que nos encamina a la elevación y perfección, y luego observaremos con felicidad el cambio del mal en bien, de tristezas en alegrías.
Lo que hoy nos hace sonreír fueron las cosas que nos hicieron llorar ayer.
Nuestras faltas de hoy también son las alegrías de mañana.
Las personas se van, los amores se pierden en el tiempo, los problemas se solucionan; hasta el mismo sol se va cada noche para renacer al día siguiente…
No te quedes en el medio del camino porque allá, adelante… Algo Mejor Te Espera.