¿Pero es que acaso hay una Tercera Edad?
¿No todos los días, cuando amanece,
la vida vuelve a comenzar?
¿No todos los días también florece,
allá en los jardines, el rosal?
El final del camino es el principio
si lo miras hacia atrás...
Tu alma es eterna, poderosa.
Es la imagen de Dios que te ha formado.
Hazla cada día más luminosa
sin que te importe el tiempo que ha pasado.
Tú puedes a tu noche volver día.
De lo que son abismos, formar cumbres.
Convertir en ventura tu agonía.
De lo que son cenizas, hacer lumbre.
Tú puedes hacer de cada instante
el momento más grato de tu vida.
A un trozo de cristal volver diamante,
porque todo es según como se mira.
Es por eso que digo que no hay una Tercera Edad.
Autor: Víctor Manuel Otero González.
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