Conseguir un bonito, pero, a la vez, saludable bronceado para este verano es posible. Es muy importante recordar que las cremas de protección solar deben ser aplicadas al menos 20 ó 30 minutos antes de la exposición al sol. No sirve de nada ponerse la crema en el cuerpo cuando ya estamos tumbados en la toalla. De esta forma, conseguiremos que nuestra piel absorba totalmente el bronceador.
Aquellos que piensan que con una crema protectora no consiguen broncearse se equivocan. Está demostrado que este tipo de productos colaboran a que el moreno nos dure más. ¿De qué nos sirve quemarnos y luego despellejarnos toda la piel?
Existen muchos tipos de cremas protectoras. La mayoría contienen lo que se llama SPF (Factor de Protección Solar) que indica cuánto tiempo más puede una persona pasar al sol antes de que pueda quemarse. Dependiendo del color y sensibilidad de tu piel, deberás utilizar un producto con un cierto grado de protección solar. Por ejemplo, si tu piel es muy clara, sería recomendable un factor 50 de protección, mientras que sí tu piel es muy morena o ya está bronceada será suficiente con un factor 6-8.
Cada vez que nos metamos en el agua deberemos aplicar una nueva capa de protector o aplicarlo cada media hora y así conseguir que nuestra piel tenga una película de protección de manera constante.
Otra de las recomendaciones fundamentales es tener mucho cuidado con las horas elegidas para la exposición solar. Las peores horas del día, por resultar demasiado abrasivas para nuestra piel, son desde las once de la mañana hasta las cuatro de la tarde. Si por cualquier motivo, estas son las únicas horas en las que puedes tomar el sol, es recomendable que no sea de una manera continua, ya que es cuando los rayos del sol penetran de manera más profunda en nuestra piel.
Asimismo, la reacción natural de nuestro cuerpo ante tanta dosis de energía solar es sudar. Por ello, es más que aconsejable que cortemos esta deshidratación mediante líquidos. No hay que dejar de beber los sabrosos zumos, tan apetecibles en esta estación veraniega, o refrescantes vasos de agua que ayudarán a aliviar la sed y el calor.