Y llegará el verano. Yo sé que va a llegar, con su espejismo de nieve atravesando mis desiertos. Será un verano umbroso, con sol agonizante, cuyos rayos abrazarán la antigua figura de quien tuvo vientos para azotar múltiples alas, pero que se estremece al ver su tempestad a ras de tierra. Verano más cerca de la vida que del tiempo. ¿Habrá espigas que doren su llegada? (María Sanz)
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