El amor es un grito sublime entre los demás sentimientos humanos. El amor nos da fuerza, nos agranda el corazón, nos ensancha la vía de acceso hacia todos los deseos.
El amor es esa fuerza inagotable de ansias de vivir, que apresuradamente trota desde el aura hasta el alma misma.
El amor es sentir, es decir, gritar, sonreír y llorar a la vez. El amor es el más hermoso color que aún nadie haya podido detallar. El sonido del amor no tiene límites en sus decibeles.
El amor nos hace gigantes, poetas, compositores, escritores principiantes hasta perder la nociòn de la realidad circundante.
El amor nos hace gozar de una temporada de locuras coherentes, de febriles sensaciones, de esperanzas y vivencias que se transmiten en cada beso, en cada abrazo, en cada despedida hasta un después más.
El amor en un te quiero, fluye salpicado de ternura. Todo lo vence con una vehemencia casi inextinguible, con ansias de detener nuestro tiempo.
El amor es amar a la vida, es amar a nuestro amor; es la complacencia casi eterna de reir, de llorar, de pensar, de cantar, de entregar y de usar a toda capacidad el corazón, la piel... los cinco sentidos.
El amor en resúmen es un prodigio de mucho más... Se podrá definir de infinitas formas, pero nunca dejará de ser el más sublime sentimiento que nos haga vivir, que nos haga flotar en una gloria imperecedera con su enorme poder...