La palabra “ceder” está bastante mal vista e incluso hasta es considerada una mala palabra o una actitud negativa, pero en ciertos casos, puede ser una ayuda muy valiosa para mejorar relaciones interpersonales.
Para mí, ceder puede dividirse en dos significados: uno negativo y otro positivo.
El negativo es sentir que damos de más y que hasta somos capaces de no contar para nada o de desaparecer de alguna manera con el fin de darle el gusto a la otra persona (por lo general, si llegamos a este punto solo nos estamos lacerando a nosotros mismos, ya que nadie en su sano juicio le pediría a otra persona que se someta completamente a su voluntad y nadie totalmente saludable lo permitiría). Esto suele ocasionar malestares e incluso trastornos físicos variados. Nuestro propio cuerpo nos indica que hay algo que está mal y que nos estamos traicionando.
Claro que hay momentos en los que nos vemos obligados a ceder en circunstancias que no desearíamos, pero si lo hacemos entendiendo que, en ciertas ocasiones, es inteligente que aceptemos otro punto de vista, puede resultar incluso beneficioso para nosotros. Siempre tengamos en cuenta que nosotros estamos a cargo de ponerles límites a los demás y, también, a nosotros mismos.
Un ejemplo de esto es un trabajo bastante urgente entregado a las 5 PM para el día siguiente. A nuestro pesar, si la circunstancia lo amerita, es bastante lógico aceptar hacerlo y trabajar fuera de hora o en el hogar. Es una manera de ceder inteligentemente. Ahora, si nuestro jefe tiene la costumbre de pedir todos los trabajos urgentes (cuando resulta evidente que podían haberse previsto con mayor antelación) o de hacernos trabajar en horarios o en días en los que nos corresponde descansar, depende de nosotros pintar la raya adecuada.
Ceder de manera positiva
Hay un aspecto de ceder que puede resultar enriquecedor tanto para nosotros como para toda la gente que nos rodea (nuestra pareja, familiares, amigos, etc.) y es darle al otro algo de lo que necesita para estar contento, aunque no lo comprendamos por completo.Solemos imaginar que lo que brindamos debería ser suficiente para que, por ejemplo, nuestra pareja sea dichosa y no prestamos atención a hechos o a palabras que realmente marcarían una diferencia.
A cada persona le hace feliz algo diferente: lo que nosotros disfrutamos sobremanera puede parecerle una nimiedad a otra gente. Por eso, te aseguro que proporciona una gran satisfacción ceder un poquito y hacer algunas acciones a las que no estamos acostumbrados o no nos surgirían espontáneamente, para brindarle un rato de felicidad a quien queremos.
Algunas ideas
.Mandar mensajes o llamar por TE para expresar sentimientos (te quiero, pensaba en ti, qué lindo que hoy nos vemos, anoche cocinaste una cena exquisita,…) o, simplemente, para preguntar: ¿cómo estás?
.Abrazar o darle la mano a tu pareja sin razón alguna
.Sorprender con algún regalito (puede ser comprado o realizado por nosotros mismos)
.Escuchar a tu compañero(a) cuando te cuenta algo o te relata cómo fue su día, aunque no estés muy acostumbrado a interiorizarte de lo que te dice: para el otro, este registro siempre es importante
.Acompañar a tu pareja en algo que quiere hacer (ir a bailar, paseo, elección de un objeto para el hogar o los niños, quedarse en casa un sábado mirando una película, etc.). Sin duda alguna, es tiempo bien invertido.
.Dejar que él o ella disfruten de un rato a solas o haciendo algo que les gusta (ver fútbol, por ejemplo) apoyándolos -¡sin reproches!- para que se sientan aun mejor. Pueden planificar una actividad juntos o en familia antes, después u otro día.
.Darles un gusto a tus padres o abuelos cuando te invitan a comer o te piden que los visites durante el fin de semana o en otro momento e ir de buen grado, aunque no sea todas las semanas.
Lo importante de esta manera de ceder “positiva” es que te des cuenta de que darle un espacio especial al otro redundará en una mejor relación entre ustedes, dejarás de hacerte problema por hechos secundarios y el otro se sentirá valorado y querido.
Por último, ten presente que en ninguna relación es sano ser quien cede siempre, pero tampoco es positivo no ceder nunca. Mira a tu alrededor y fíjate si quienes te rodean ceden en algo por ti; en algunos casos, te sorprenderás y, en otros, es probable que entiendas lo importante de saber pedir qué necesitas y de hacérselo ver con claridad a los demás.
¿Tiendes a ceder de más? ¿O no cedes nunca?
Mejora Emocional