Todo mi amor yo te di
y con burlas me pagaste,
en mal lugar me dejaste,
pero yo mucho aprendí.
Yo sé cuando te enamoras,
por el brillo de tus ojos,
ya que te lucen más rojos,
que un moral con muchas moras.
Siempre que tú te enamoras,
te entregas de cuerpo y alma
y así es como se calma,
tu pasión arrolladora.
Controlar tu gran pasión,
es tarea complicada,
ya que no te importa nada,
ni el lugar ni la ocasión.
El amor que tú tenías
en odio se convirtió,
y tu corazón sintió
tus lamentos y agonías.
Debes aprender amando
a ser menos pasional,
sólo piensas en odiar,
sin saber ni a quien ni cuando.
Cuando amas de ese modo
y a cambio no pides nada,
por ser tan apasionada,
terminas perdiendo todo.
Pones tal pasión amando,
que se te nubla la mente,
no te enteras que te miente
ni sabes con quien ni cuando.
Cuando amas te dislocas
no vez lo que te rodea:
son la luna y la marea,
las que a ti te vuelven loca.
Cuando consigas amar,
con tranquilidad y mesura,
la herida de amor se cura
y tú podrás disfrutar.
Desconozco el autor.