Esta opinión, universalmente extendida, tiene un fundamento indiscutible; El perro es doméstico desde la más remota antigüedad (ya era compañero del hombre en la Edad del Bronce) y siempre ha sido una excelente ayuda en la más diversas tareas caza, pastoreo, vigilancia, tiro,... Sus cualidades como animal de compañía le hacen también insustituible.
Son proverbiales su inteligencia, su nobleza, su sociabilidad y, sobre todo, una lealtad que, si ha sido bien educado, le liga a su dueño por encima de su propia vida.
Un ejemplo clarísimo de todas las virtudes mencionadas, es el de aquellos perros “lazarillo” que, con un período de entrenamiento, sirven de guía a sus dueños ciegos.
También son dignos de mención, los famosos perros “San Bernardo”, que en la peligrosa cordillera de los Alpes ayudan al rescate de los montañeros perdidos.
Un perro no sabría que hacer con un coche de lujo, una casa o ropa de diseño. Se conforma con un palo empapado o una vieja pelota. A un perro no le importa si eres rico o pobre, inteligente o tonto, si le das tu corazón, te entregara el suyo. ¿De cuanta gente podrías decir eso? ¿Cuanta gente puede hacerte sentir especial y extraordinario?"
"Durante unos años te condicionan la vida, cuando se marchan se llevan tu corazón"
"Los perros nos necesitan tanto como nosotros a ellos, demosles el amor y el hogar que requieren para ser y hacernos felices".
CALLEJERO
Alberto Cortéz
Era callejero por derecho propio, su filosofía de la libertad fue ganar la suya sin atar a otros y sobre los otros no pasar jamás.
Aunque fue de todos nunca tuvo dueño que condicionara su razón de ser, libre como el viento era nuestro perro, nuestro y de la calle que lo vio nacer.
Era un callejero con el sol a cuestas, fiel a su destino y a su parecer, sin tener horario para hacer la siesta ni rendirle cuentas al amanecer
Era nuestro perro y era la ternura que nos hace falta cada día mas. Era una metáfora de la aventura que en el diccionario no se puede hallar.
Era nuestro perro porque lo que amamos lo consideramos nuestra propiedad y era de los niños y del viejo pablo, a quien rescatara de su soledad.
Era un callejero y era el personaje de la puerta abierta en cualquier hogar, y era en nuestro barrio como del paisaje, el sereno, el cura y todos los demás.
Era el callejero de las cosas bellas y se fue con ellas cuando se marchó; se bebió de golpe todas las estrellas, se quedó dormido y ya no despertó
Nos dejó el espacio como testamento lleno de nostalgia, lleno de emoción; vaga su recuerdo por los sentimientos para derramarlos en esta canción.