EL GRANO DE MAIZ
Cierto día, un campesino pobre iba andando por el bosque
de regreso a casa con un saco de maíz que había recogido.
Era lo único que tenía para comer, y por el camino iba lamentándose
de su pobreza y de la mala cosecha.
De repente oyó un trote de caballería, y de entre los matorrales
salió un noble señor acompañado de sus súbditos,
en toda su magnificencia. El campesino se alegró interiormente,
pensando: "¡Seguro que ahora este poderoso señor terminará
con mi pobreza y me colmará de riquezas!".
El noble bajó de su caballo y se acercó al sonriente campesino.
Sin embargo, para su sorpresa, lo que hizo fue preguntarle: - ¿Qué tienes para darme?
El otro, anonadado, sólo acertó a decir: -¿Qué?
- ¿Qué me ofreces? - repitió el caballero.
El pobre campesino, cabizbajo, todas sus esperanzas frustradas,
metió la mano en el saco y sacó un único grano de maíz
(no fuese a ser que aún se quedara sin comer)
que le tendió al señor. Este, sin decir nada,
subió de nuevo a su caballo y reemprendió la marcha.
Al llegar a su casa, el campesino vació su saco y encontró
un grano de maíz de oro macizo.
Echándose las manos a la cabeza, se lamentaba: - ¿¡Por qué no le habré dado todo el maíz!?
a/d
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