Citar siempre errores propios antes de referirte a los ajenos, así nunca parecerá que presumes de tus virtudes.
Según la educación de las personas que conocemos, de unas deseamos la presencia y de otras deseamos la ausencia.
Tratando con los demás, hay ciertos momentos de emoción. Para convertirlos en cortesía, solo hace falta que sepamos expresar con palabras esa emoción.
Tratar bien a las personas es un tema diario, que se ha de resolver bien todos los días.
Con la cortesía sucede lo mismo que con la bondad. Quienes no la usan, dan la impresión de ignorancia.
Solo llegaremos al corazón de los demás, si les convencemos, en la forma de tratarlos, que reconocemos en algo, su clase o categoría.
La atención de los demás, nos da el límite que hemos de poner a nuestras palabras.
Todo el mundo suele agradecer que nos interesemos, sin exageración, por los pequeños detalles de su vida.
No debemos perder las bellas ocasiones de callar, que a diario nos regala la vida.
La cortesía de la amistad más distinguida, consiste en respetar a los amigos en su ausencia. Este respeto es signo de elegancia.
Compartió Dra Gladys Bessi