NO TE RINDAS
En las horas más aciagas de la vida, cuando mueren los amores y no alcanza la esperanza, porque tu barca naufraga sin remos ni salvavidas; hay una luz que ilumina y una mano que te salva.
No bajes nunca tus brazos cuando una puerta se cierra, guarda en tu alma la calma hasta que otra se abra; verás que todo un dia pasa y la tormenta se aleja cuando hay sodio en la barrera y esperas contra esperanza.
Quien sucumbe a la esperanza perdió sin jugar las cartas, no te rindas a la vida ni sin lucharla te entregues, sólo el cobarde no quiere porque le faltan agallas; sin coraje y sin lucharla nadie una pelea vence.
Y si las fuerzas te faltan, busca apoyo en otras manos, siempre habrá quien, como hermano, acuda presto a ayudarte; nunca te dés por vencid@ ni aún vencid@ y derrotad@; no hay fracaso en ser vencid@, si jamás tú te entregaste.
José de Arias Martínez
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