Cuando reaccionamos ante algo, estamos conectándonos con nuestra
naturaleza animal. Por todo lo sabido,
los animales no son capaces de acceder a esa fracción
de segundo antes de responder
. Sus deseos son compulsivos y sus acciones lo son también;
ellos buscan la gratificación instantánea.
No obstante, cuando realizamos una pausa antes
de nuestra respuesta o nos restringimos,
nos conectamos con nuestra naturaleza divina.
Escogemos no ser por más tiempo el efecto de nuestro deseo.
En su lugar, escogemos ser la causa.
La restricción, dicho sea de paso, no significa
que no decidiremos satisfacer nuestro deseo.
Sólo significa que realizamos una pausa
y tomamos una decisión consciente.
Hoy, haz lo que sea que fueras a hacer.
Solo asegúrate que lo haces por elección, no por hábito.
YEHUDA BERG