Conozco cada espacio de tu piel cada horizonte que te habita, los senderos mas conducentes a elevarte de pasión el vuelo. Transito callada ese lunático genio cuando tu hermetismo me aparta y me entrego cuando te acercas recorriéndome con la mirada porque no hay mayor paraíso cuando tu adicción me reclama. Somos la gloria del encuentro y en la guerra del opuesto tan diferentes, tan coincidentes entre los juegos o las batallas reconciliamos juntos cada mañana. En cada silencio, en cada palabra nace un grito que nos empata dos libertades que día a día si no se tienen, sumisos se reclaman.