IMAGINA
Imagina…
que un Ángel de Dios está a tu lado en estos momentos…
Silencio…
quédate tranquilo y piensa en todos los problemas
que te gustaría solucionar.
En todo lo que te angustia, te hace llorar, te oprime,
te preocupa, te deja triste.
Piensa hasta en tu miedo futuro de equivocarte,
de escoger el camino errado…
Piensa ahora en todo eso…
Abre tu corazón e imagínate entregando todo eso a Dios.
Coloca tus manos en posición de entrega.
Imagínate entregándolo ahora, como quien entrega un saco
bien pesado a otra persona para que lo lleve.
Ahora, piensa en todo lo bueno que haya acontecido en tu vida
o imagina lo bueno que quieres que suceda.
Momentos de felicidad, de amistad, de cariño, de paz, de amor.
Coloca todo en tus manos, imaginariamente,
y haz el gesto de guardarlo en tu corazón,
como se guarda una joya en una cajita.
Coloca aquel tesoro guardado muy dentro de ti,
y di “Gracias” con mucha fe, de corazón…
Agradece…
por todo lo bueno que quedó y por todo lo malo que salió.
Cuenta hasta tres y respira bien profundo.
Ahora…
imagina que el Ángel voló y llevó tus oraciones hasta Dios.