Buscamos sentirnos bien, cada vez necesitamos lograrlo de una forma más rápida, huimos del esfuerzo y el sacrificio del compromiso, rehusamos responsabilidades, deseamos el placer por el simple placer de sentirlo, sin necesidad de sentimientos que lo aderecen, pero curiosamente cuanto más buscamos la inmediatez de la felicidad, más lejos nos sentimos de ella, cuando más acompañados estamos, más sentimos el peso de la soledad ¿Que nos está pasando... ?
Esa forma en la que he escrito en el párrafo anterior un sentimiento que siento, hace algún tiempo podría haberme resultado suficiente, me habría refugiado en un supuesto sentimiento común, de alguna manera habría satisfecho mi sentido de pertenencia a ese superpoblado grupo de los que sienten que algo tiene que cambiar, del grupo de los que se cuestionan lo que le sucede así mismo y a la sociedad en general, eso igual me haría sentir mejor, pero seguramente aunque algunas personas pensarán como yo, nada cambiaría, porque en realidad lo único que nos hace cambiar es nuestra propia necesidad de cambio y hay tantas veces en las que cambiar algo por sencillo que sea nos parece inalcanzable.... .
Creo que cada vez son, somos más las personas que pensamos que algo tiene que cambiar, que un poco más de amor sin duda nos sentaría bien y miramos hacia afuera y nos ponemos a buscar como posesos, de las formas más sutiles y más secretas, tanto que a veces ni nosotros mismos somos conscientes de lo que andamos buscando. Asociaba esos pensamientos con el poder que tiene la palabra y me preguntaba, que sucedería si durante un solo minuto al día fuéramos conscientes de usar palabras bellas para expresar algo a alguien, ¿Podría llegar a influir en el universo? ¿Qué pasaría si un día decidiéramos abrazar con las palabras de forma gratuita? Sin duda como nos sentimos influye en cómo nos comportamos, estaría bien que nos empezáramos a sentir en paz en nosotros mismos para empezar a respirar la paz de los otros.
autor desconocido