Sin duda no hay argentino que haya contribuido más al desarrollo de la educación que Domingo Faustino Sarmiento. Durante su Presidencia (1868-1874) se propuso elevar el nivel social de amplios sectores de la sociedad a partir de una fuerte acción educativa impulsada por el Estado. En ese entonces la educación era privilegio de un sector muy reducido de la sociedad, perteneciente o muy estrechamente relacionada con la clase dominante. Sarmiento abogó por una educación popular: "Lo que necesitamos primero –dijo– es civilizarnos, no unos doscientos individuos que cursan las aulas, sino unos doscientos mil que no cursan ni las escuelas".
Es por ello que en 1943, a 55 años de su fallecimiento (11 de setiembre de 1874), la Conferencia Interamericana de Educación -integrada por educadores de toda América- se reunió en Panamá y estableció el 11 de setiembre como Día del Maestro.
A mis maestros
Hoy quiero darles mi agradecimiento
por la paciencia con que me enseñaron,
porque aunque mi infancia ya ha pasado
aún recuerdo lo que en mí sembraron.
Me enseñaron a razonar y pensar,
inculcaron en mí valores morales,
que me han servido todos estos años,
porque en mi mente los he conservado.
Educan, aconsejan y protegen,
dando lo mejor siempre en las aulas,
guían en el camino del cumplimiento,
saben que el futuro está en sus manos.
Siempre con una sonrisa en clase
a escribir mi nombre me enseñaron,
los números y el abecedario,
y también su amistad me brindaron.
En este día especial del maestro,
reciban este poema de obsequio,
ha salido del fondo del corazón
con mucho cariño, respeto y amor.
!!Muchas felicidades a todos los maestros del grupo!!