Alguien dijo una vez que el peor error que cometen las personas es que cuando están bien piensan que la dicha va a durar siempre, y cuando están mal no le ven salida al sufrimiento. Ésta es una reflexión muy certera. Nuestra concepción de la experiencia suele ser muy parcial y va ligada al momento. Aquello que vemos o sentimos se convierte en una verdad absoluta e inmutable. Se necesita haber pasado por muchos altibajos para asumir que la esencia de la vida reside en estos ciclos cambiantes.
La vida humana es un paisaje montañoso en el que siempre estaremos subiendo y bajando. Si aceptamos este hecho, sabremos conducir las emociones con mucha más sabiduría.
La tristeza no nos parecera un sentimiento tan desolador, porque sabremos que nos espera de nuevo la felicidad al otro lado. Tambien aprovecharemos mejor los instantes de alegria, pues tal vez sean efimeros.
Todo lo que existe esta en continuo movimiento, y las emociones no son una excepcion. Somos hijos del cambio, del nacimiento y de la destruccion. Si somos capaces de ir más allá del instante presente alcanzaremos un nuevo horizonte de serenidad.
Gottfried Kerstin