Has sido mía en los íntimos silencios del alma, en esos secretos que ansían tu grácil figura, son incesantes los deseos que en mi se entrañan y los delirios que añoran de tu piel su tesitura.
Estoy amándote y en la agonía de no ser mía, sufro con resignación tu apetecido Calvario, flagelos que mantienen esta ilusión erguida y fiel cómo aguas que alimentan tu estuario.
Eres sed no saciada en los oasis de tu desierto, búsqueda incesante de la brisa de tus labios, vago por tu sendero con mi destino incierto, pues a tu indiferencia mis ternuras son agravios.
Fueron míos tus sueños y los tuyos de otro, pero aún sabiéndolos ajenos los hice míos, también mío el sutil hechizo de tu rostro y el sosiego perdido en tus gratos desvaríos.
En esa ansia de sentirte mía sin serlo, contienden razón, corazón y sentimiento temor a perder lo añorado sin tenerlo, aunque sólo vivas en el pensamiento .
Te amé en la frialdad de la nada con demasía, estuviste en cada inútil palpitar de este corazón. Más sin tenerte.. Yo solo quise sentirte mía y al amarte lo fuiste en mi lóbrega ilusión.
Víctor A. Arana, (VICTOR SANTA ROSA) Cincinnati, Noviembre 13 del 2010