LA FERIA DE LA VIRGEN DEL ROSARIO, PATRONA DE GUASAVE
El sol ha salido, se ha perdido en el horizonte para regresar por el oriente, muchas veces desde entonces, cuando los guasavenses guiados por el espíritu cristiano del Padre Berrelleza consolidaron la fe en la Virgen del Rosario, estableciéndole La Feria que todavía en nuestros tiempos se celebra el primer domingo de octubre y se repite el último domingo del mes de noviembre de cada año.
Transcurrían las últimas décadas de 1800, los antecesores del Padre Berrelleza construían una iglesia en la zona más alta topográficamente de la ahora próspera ciudad de Guasave; unos maderos sostenían el campanario a poca distancia del ras de la tierra.
Era Guasave- " Milpa en el Cerco" decían nuestros indios del idioma cahíta- una Directoría Política con controles administrativos desde la gran ciudad de Sinaloa, entonces centro de operaciones de las enormes riquezas de oro y plata que bajaban de la Sierra Madre Occidental para transportarlas a España y otros países de Europa.
La iglesia, en su aspecto material, esperaba procedente de Europa el bulto de un Santo, que sería el Patrono de Guasave: San Isidro Labrador, llamado el abogado de los que producen la tierra. Allá en la rica ciudad de Sinaloa, los feligreses de la Iglesia de San Felipe y Santiago, ya tenían preparado el arribo de otro bulto también de elaboración europea, representando espiritualmente a la Virgen del Rosario.
Así lo había dispuesto el Obispo de la Diócesis con sede en ese mismo lugar sinaloíta.
Cuenta la historia que las mulas que conducían las cajas de maderas se extraviaron.
La que traía a San Isidro Labrador tomó rumbo a Sinaloa: la otra acémila, la que transportaba la imagen de la Virgen del Rosario, se internó en el monte sin poder ser encontrada pese a que se "peinó" la zona.
Se añade que la bestia enfiló rumbo al rancho de los guasavenses, llegó al campanario y se echó bajo la enramada, mientras unos testigos presenciales del arribo corrieron a avisar del suceso al Padre Berrelleza, que vivía en donde ahora se conoce por el Barrio del Chaleco.
El jerarca religioso se percató luego, en cuanto abrieron la caja, que se trataba de la Virgen del Rosario, realizada por artistas europeos, destinada a la Iglesia de San Felipe y Santiago en la gran ciudad del oro y la plata: Sinaloa. Añade la versión única que han escuchado muchas generaciones de guasavenses, desde siglo pasado: entre muchos hombres no pudieron volver a subir al lomo de la mula, la preciada caja con su contenido. Por muchos días que estuvieron intentando regresar el bulto a la gran ciudad, tal lo había dispuesto al Padre Berrelleza el Jefe de la Diócesis. -"Si para Guasave es el bulto de San Isidro Labrador; se tiene que mandar a Sinaloa a la mula cargando el bulto más grande", así hemos escuchado decir, los habitantes de esta tierra, por aproximadamente un siglo. -"Se le dio un concepto de milagro, porque cuando los hombres lograron subir al lomo del animal el bulto, la mula entonces se negó a caminar; y optaba por echarse, otra vez bajo el campanario; se dice que ni los garrotes la hacían moverse de ahí", así lo narró una de las últimas supervivientes de aquellos tiempos, doña María Angulo la esposa de Don Lucas Bojórquez, quien fue el último Director Político, hasta el 31 de diciembre de 1916, porque en las primeras horas de 1917 se cumplía la voluntad expresa del entonces gobernador del Estado, general Angel Flores, de convertir constitucionalmente a Guasave en cabecera de un municipio libre y soberano.
El Padre Berrelleza estableció otra comunicación con el obispo de Sinaloa: "Es imposible su ilustrísima, la mula se niega a caminar". La respuesta definitiva del jefe del Obispado, fue cambiar el destino de los paquetes enviados desde Europa- se cree que desde España la Virgen del Rosario salió para Guasave, ahí está su templo desde el siglo pasado; el San Isidro Labrador para la gran ciudad, Sinaloa, ahí está hasta la fecha, el abogado de los cultivadores de la tierra en la iglesia de San Felipe y Santiago.
Una anciana Guasavense platicaba que eso de la resistencia de la mula, no fue que se negó a caminar por cansancio o hambre; le dieron todo tipo de alimentos, se aseguró que tuvo reposo, comida y agua, y siempre no la hicieron enfilar rumbo a la gran ciudad", así identificaban nuestros antepasados a la ahora Villa de Sinaloa de Leyva. -"Fue un milagro, hasta los incrédulos se ponían a reflexionar en eso. Y me refiero a los de aquellos tiempos. Pero hubo mas milagros de la Santísima Virgen del Rosario de Guasave.
En 1895 el río Petatlán -o Sinaloa- se desbordó; había llovido mucho en la sierra; los guasavenses de aquella época temieron por sus vidas, como se pone también el río, de vez en cuando". La virgen del Rosario la sacaron a pasear y así se puso fin a una más de las inundaciones del viejo Petatlán. -Todavía indagamos más " En 1895 se ahogó mucha gente allá en los pueblos de la sierra, los arroyos grandes, afluentes del río, se vinieron fuertes; aquí en Guasave se bajó la Virgen del Rosario en procesión, a poco de tocar con sus pies el agua, la turbonada empezó a descender; unas horas más tarde, la corriente volvió a su cauce ". Historias como esas, los niños, los jóvenes y viejos, desde el siglo pasado están fortaleciendo la fe, apoyados en la que hace tiempo se le menciona como la Santa Patrona de Guasave. Este año de 1980 los milagros concedidos por la Virgen del Rosario, trajeron a la Feria de Octubre y también la de Noviembre, muchos miles de creyentes que se posaron de hinojos para venerar la imagen que transportó aquella mula que se perdió en el monte a los arrieros que la llevaban a la gran ciudad de aquellos tiempos: Sinaloa.