Tarde perdida
Y así, como en los versos de Neruda,
nosotros, por orgullo o por capricho,
por no retroceder ante lo dicho,
ni conseguir triunfar sobre la duda
también hemos perdido muchas noches
y hemos dejado transcurrir los días,
cruzándonos palabras huecas, frías,
cuando no frases llenas de reproches.
Esta tarde es hermosa, no perdamos
un crepúsculo más, ni un solo instante:
acércate y abrázame como antes
para saber que sí, que nos amamos,
que no hay tarde perdida, sí logramos
otra vez, el valor de ser amantes.
NILDA TELMA FARRE DE VAERNET
De "Poesía y Cuento 1976" SADE.