NADA ESTÁ COMPLETO EN MÍ HASTA QUE LO COMPARTO CONTIGO
Esa noche, tu cuerpo en el mío hacían fantasmas con las sábanas, tus cabellos, como hilos diminutos, frágiles, bellos y simples, tan llenos de ti, apuntaban a mi cuerpo desarmado, y tus caderas en las mías, como mar embravecido me afilaba el deseo. Ahora encuentro a tu ombligo, tu cuerpo de espaldas al mío como mariposa en verso me agita sus gestos.
No hay en el cielo claridad distinta mas sólo la luna nuestra, tu vientre se apoya en mi pecho y mis labios perdidos en el éxtasis cuando la luna se oculta conocen tus pechos. Yo no he terminado un verso hasta que lo comparto contigo.
Amo ese arco hecho cuerpo de tu carne, sobre el mío, amo ese gesto que se parece a un gato a la hora del amor, cuando no existe el plural. ¡Amo ese aliento que se enreda entre nosotros!, cuando en el sur de tu cuerpo naufrago.
Nada en mi está completo, hasta que contigo lo comparto.
D/A.
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