Vida inquieta, frenesí de la ambición desmedida... ¡qué mal comprende la vida el que la comprende así!
Vida serena y sencilla, yo quiero abrazarme a ti, que eres la sola semilla que nos da flores aquí.....
Conciencia tranquila y sana es el tesoro que quiero, nada pido y nada espero para el día de mañana.
No voy de la gloria en pos, ni torpe ambición me afana, y al nacer cada mañana tan solo le pido a Dios casa limpia en que albergar, pan tierno para comer, un libro para leer y un Cristo para rezar;
que el que se esfuerza y se agita, nada encuentra que le llene, y el que menos necesita tiene más que el que más tiene.