Érase una vez en un lugar perdido, mas no olvidado,
se hallaba oculto entre la maleza, el inicio de un camino,
que pasaba desapercibido a los ojos de los caminantes,
nadie, parecía darse cuenta de su existencia,
y el camino, ávido por volver a escuchar pasos,
por guardar las huellas de los caminantes,
por sentir el roce de las piedras...
quedaba sucio, polvoriento y callado.
Muchos hombres, mujeres y niños,
vivían alrededor de aquel tesoro
que escondía la pequeña ciudad,
sin embargo, las obligaciones de cada día,
las comodidades,
las fantasías ya olvidadas...
cegaron sus ojos a la luz del camino.
Un atardecer, el Sol habló con la Luna...
hicieron un pacto:
buscarian entre los caminantes,
a aquellas dos que debordaran imaginación,
que conservaran su alma de niñas,
que pudieran ver burbujas en el aire,
donde las piedras eran frías...
que el pensamiento pudiese elevarles
encima de una nube y alimentarse de estrellas...
No fue tarea sencilla...
pero allí estaban ellas... y juntas.
Había una mujer sentada en las rocas... miraba el Mar.
La Luna siente lo que sentimos nosotros,
y sintió en aquel momento, como aquella mujer bohemia
sentía la vida del Mar en su cuerpo,
sintió la sal en sus labios, el azul del mar en sus ojos...
y a su lado... un viejo faro, que tenía toda la energía del Sol,
pues eran sus rayos los que iluminaban la noche,
los mismos que iluminaban
y guiaban los pensamientos de bohemia.
En la torre del viejo faro,
una mujer vivía su sueño cada noche,
y tantos sueños quedaron prendidos de las paredes del faro...
que la mujer y el viejo faro, eran una sola alma.
Aquella noche sus haces luminosos,
adquirían un brillo especial,
tanto, que uno de sus rayos,
formó un camino invitando
a la bohemia a compartir sus sueños...
Hubo un instante de magia,
un secreto que guardan el Sol y la Luna,
sólo ellos saben como el viejo faro,
y la mujer se vieron en un momento
mecidos en una nube blanca,
y reían y cantaban, bailaban
y se escondían detrás de los relámpagos...
y, ellas, no lo sabían,
pero ese era el camino abandonado,
sóo podía ser caminado, ser visto...
si hay ilusión.
a /d