SER MADRES Y PADRES
En una clase a la que asisto, la profesora repartió distintos textos para que cada alumno leyera en voz alta. A una mujer embarazada, le dio un texto que hablaba de la experiencia de ser madre. La mujer, promediando la lectura, se emocionó, se le quebró la voz y debió parar unos instantes.
Ella no fue la única emocionada. Yo también. Creo que casi todos los que estábamos allí. Fue un momento mágico, en el que las palabras nos transportaron al inicio de la vida; nos hicieron olvidar nuestras preocupaciones, nuestras pequeñeces, y nos ubicaron en un plano superior, donde hay más amor.
Es mi deseo que los que son madres y padres tomen conciencia de la bendición que han recibido y que cada día sean mejores madres y padres. Ojalá que el recuerdo del momento único del nacimiento y la consecuente felicidad perdure imborrable en sus memorias, aun en los momentos difíciles, para que no olviden lo afortunados que son y para que eduquen niños felices que se conviertan en hombres y mujeres de bien. Ojalá.
A/D