Dulce miel que aviva mi alma, altar donde se estremece mi ser, aliento de vida que me da la luz.
Más allá del río y el cielo, en las montañas a lo lejos mi alma para tu luz infinita.
Infinita paz, infinito silencio, transparencia en el cielo así son tus besos cuándo me llegan.
Un torrente, una caricia que agradablemente roza mi alma hasta terminar mi enajenamiento en dulzura.
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