Una ciudad y un hombre. Un hombre solo Que avanza por las calles atestadas En busca de la paz. No encuentra a nadie. Pronto será de noche y siente frío.
Busca su propio rostro, el rostro efímero Que va cambiando el mundo, las razones De esta ciudad vacía de razones, Perdida en el espacio y en el tiempo.
Entonces acompañan los recuerdos. Entonces las palabras acompañan. Sin nada por hacer, también entonces Sucede en ocasiones la ternura.
Vicente García
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