Misterio
Si tu alma
pura es un broche
Que para
abrirse a la vida
Quiere la
calma adormecida
De las
sombras de la noche;
Si buscas
como un abrigo
Lo más
tranquilo y espeso,
Para que
tu alma y tu beso
Se
encuentren sólo conmigo;
Y si
temiendo en tus huellas
Testigos
de tus amores,
No quieres
ver más que flores,
Más que
montañas y estrellas;
Yo sé
muchas grutas, y una
Donde
podrás en tu anhelo,
Ver un
pedazo de cielo
Cuando
aparezca la luna.
Donde a tu
tímido oído
No
llegarán otros sones
Que las
tranquilas canciones
De algún
ruiseñor perdido.
Donde a tu
mágico acento
Y
estremecido y de hinojos,
Veré
abrirse ante mis ojos
Los mundos
del sentimiento.
Y donde tu
alma y la mía,
Como una
sola estrechadas,
Se
adormirán embriagdas
De amor y
melancolía.
Ven a esta
gruta y en ella
Yo te daré
mis desvelos,
Hasta que
se hunda en los cielos
La luz de
la última estrella.
Y antes
que el ave temprana
Su alegre
vuelo levante
Y entre
los álamos cante
La vuelta
de la mañana.
Yo te
volveré al abrigo
De tu
estancia encantadora,
Donde el
recuerdo de esa hora
Vendrás a
soñar conmigo...
Mientras
que yo en el exceso
De la
pasión que me inspiras
Iré a
soñar que me miras,
E iré a
soñar que te beso.
MANUEL
ACUÑA
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