Una de las peores maneras en que puedes insultarte a ti mismo
es
anhelando conseguir algo a cambio de nada, querer recibir una
recompensa sin llevar a cabo esfuerzo alguno. Con una actitud
semejante te estás abofeteando a ti mismo en la cara.
Estás insultando tu
propia capacidad de disciplinarte para llevar a cabo las acciones
requeridas. Estás menospreciando tu propia capacidad de
alcanzar los
resultados que deseas. Aunque consiguieses algo sin entregar
nada a
cambio, la mayoría de las veces lo que consiguieses no te
serviría de
nada. El valor que buscas obtener no puede llegar a ser
verdaderamente
tuyo sin la disciplina, el esfuerzo, la acción y la perseverancia
necesarias
para alcanzar y crear ese valor. Algo a cambio de nada es casi siempre
una triste ilusión. Cuanto más deseas obtener algo a cambio de
nada
,
más menosprecias el increíble potencial que tienes dentro tuyo
para
alcanzar tus metas. Así que deja de anhelar y empieza a hacer
que
suceda. En el preciso instante en que dejes de anhelar y
empieces a
hacer, tu confianza y efectividad renacerán. No es necesario que
centres
tus esperanzas en obtener algo sin dar nada a cambio. Puedes
hacer
algo mucho, pero mucho mejor y por lejos más confiable.
Puedes hacer
todo lo que sea necesario para conseguir cualquier cosa que
desees.