Nadie puede saber lo que habrá de
suceder mañana.
Qué triste sería el mundo si lo supiéramos.
Toda la emoción de vivir se perdería,
nuestra vida sería como
una película que ya vimos.
Ninguna sorpresa, ninguna
emoción.
Pienso que lo que se requiere es
ver la vida
como lo que es: una gran aventura.
Al final, no importará quién ha
acumulado más riqueza
ni quién ha llegado más lejos.
Lo único
que importará es quién lo disfrutó más.
Ama más quien más ha servido,
porque aprecia su vida y la de los demás.