Hubiera querido escribir antes, quizá lo necesitaba pero hasta mis
palabras me dan un miedo extraño, por lo que puedan decir, por su capacidad de
liberar esencias.
Y aquí estoy... sintiendo sin sentir, bailando sin
música al compás de los dias que me llevan con rumbo a la nada.
Agosto se
convierte en un mes largo y pesado.
Y mi vida envenanda parece descansar
en un letargo sin decisión. Pasiva, donde los segundos son segundos, y pasan
mientras sueño sin soñar.
Mis pies se han clavado en donde me encuentro
ahora. Y siguen clavados, atrapados, enraizados.
Cerrando los ojos hoy ya
no veo nada.
Y a veces a solas me dejo llevar por tí...
Ya no creo
en que pueda ser lo que me proponga... no encuentro el camino, o más bien no sé
si quiero encontrarlo porque veo ese camino repleto de clavos que harán sangrar
mis pies descalzos, y de lágrimas de quienes no me sigan.
Ya no sé ni lo
que puede ser y lo que no.
Pero como dice una canción de Uge: "quiero ser
como la luna salir siempre a deshoras, llegar de madrugada cuando no quede nada,
vacíos los bolsillos, en mis ojos brillo, quiero ser como el viento rápido y
luego lento...".
Esperaré a que llegue Septiembre, y quizá con la caída
de las hojas se esconda algún camino para poder ver solo uno... d/a |