Comportamiento
Mi relación
la comida
y 2ª parte
Bocado de culpabilidad
Pero entonces, ¿cuáles han sido los factores que han provocado este cambio en la relación con la alimentación con el paso de los años? Mabel Gracia, antropóloga señala que “comer ha pasado de ser un gran placer a convertirse en el peor de los pecados. Algunas de las principales causas de este cambio drástico han sido que se ha modificado el concepto de belleza, que el éxito en la vida esté asociado a la delgadez extrema y no a las cualidades personales y el abuso indiscriminado de las dietas en los medios de comunicación, sobre todo en televisión”. Precisamente, una dieta fue el desencadenante de que Lucía García sufriera durante doce años un grave trastorno de conducta alimentaria: “Por aquel entonces, estaba tan agobiada por el peso y mi imagen corporal que decidí hacer una dieta. Me lo tomé tan en serio en que adelgacé veinte kilos. Pero esto fue sólo el principio de mi peor pesadilla. Tras la anorexia, pasé por una etapa de bulimia. Comía, pero como me sentía culpable, porque me veía gorda, lo vomitaba, y ya en la última fase me daba atracones. Aunque sigo en terapia, he descubierto por qué me relacionaba de forma tan destructiva con la comida. Mis problemas emocionales y los conflictos familiares los manifestaba a través de la alimentación. Por fin, y tras mucho trabajo, disfruto comiendo tortilla y sobre todo, me siento bien conmigo misma”.
Prohibido comer carne
Para el antropólogo Juan Luis Chulilla, “otro motivo que también ha influido en la concepción actual que tenemos hoy de la alimentación ha sido la vuelta a las tendencias hacia lo extremadamente sano, natural y ecológico, que llevado al límite desemboca en la ortorexia: la obsesión por comer todo sano, y en la potomanía: el abuso indiscriminado del consumo de agua, que puede provocar la muerte. Así, si antes comerse un filete de carne era un lujo que podían permitirse sólo unos pocos, hoy es una opción moral que descartan los vegetarianos”. Como es el caso de la naturópata Ana Moreno, de 34 años: “Mi vida dio un giro de ciento ochenta grado cuando me hice vegetariana. Dejé de comer derivados de animal no sólo por una cuestión ética, sino también por salud, y me siento mucho mejor”. Diferente es el caso de Álvaro Martínez, de 42 años. Ester economista madrileño tuvo que cambiar su alimentación, porque le estaba afectando seriamente a su salud: “Mi relación con la comida cambió hace diez años, cuando me diagnosticaron intolerancia al gluten. Hasta que me confirmaron el diagnóstico, sentarme a la mesa para mi era un verdadero martirio. Con el tiempo asumí que debo cuidar mi alimentación, si quiero encontrarme bien. Como mucho más sano, porque no tomo alimentos manipulados. Pero se acabaron los dulces, los chicles y el pan”.
La psicóloga Laura Herrero lo tiene claro: “En la actualidad, el acto de comer se ha convertido en un auténtico peligro. Si comemos mucho, tenemos ansiedad, si comemos poco, depresión, si no comemos nada, nos diagnostican anorexia, si comemos y vomitamos sufrimos bulimia. Si engordamos, es que no nos queremos y tenemos baja autoestima. Si comemos grasa, somos poco civilizados. Si comemos carne, nos envenenamos. En definitiva, se ha pasado del goce de comer al todo engorda, produce colesterol o previene el cáncer. La clave es llevar una alimentación sana, variada y equilibrada y disfrutar de cada bocado”.
VIRGINIA MADRID
![Click to visit ImageShack for Image Hosting! img381/4290/adornobalcnofondonegrolj2.jpg](http://img381.imageshack.us/img381/4290/adornobalcnofondonegrolj2.jpg) |
Cele -Celestino-
|