Nunca más volveré a ser la persona amargada y problemática que he sido. Voy a cambiar mi mal carácter por una actitud amable y apacible. Puedo conseguirlo porque yo me lo propongo.
En primer lugar, debo convencerme de que yo soy el único dueño y responsable de mi vida. No esperaré pasivamente que me sucedan todas las cosas buenas. Yo haré que ocurran. Cuando se presenten dificultades, allí estaré para afrontarlas. Soy capaz; debo confiar.