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No se olvidar
el olor de tu cuerpo impregnado en mi piel,
el eco de tu voz en mi habitación
y las caricias perdidas entre las sábanas.
No alcanzo a comprender como hiciste tu
para marcharte así,
para no pensar más en nuestro amor
si mi sol eras tu, mi vida entera te la dí.
No sé como olvidar cuándo dulcemente
me decías "Te amo"
y yo creía en tus palabras.
Marybell Robles
Saltillo, Coahuila, 29 de julio de 2009
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