20 años después
Por los asesinatos de los jesuitas fueron llevados a juicio en El Salvador varios militares, pero sólo dos fueron condenados en 1991. Poco tiempo después, en 1993, quedaron en libertad, gracias a la aprobación en el Parlamento de la ley de amnistía.
La Comisión de la Verdad que investigó las violaciones de los derechos humanos cometidas durante la guerra reveló que la orden de asesinar a Ellacuría y sus compañeros salió de los máximos responsables del Ejército.
Las peticiones de obertura del caso presentadas por los jesuitas en El Salvador no han prosperado. También se ha intentado reabrir el caso a través de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de la Organización de Estados Americanos. A finales del año 2008, dos organizaciones de defensa de los derechos humanos –acogiéndose al principio de ley universal para los crímenes de lesa humanidad – denuncian en la Audiencia Nacional Española al ex-presidente Alfredo Cristiani y 14 miembros de su ejército por su presunta implicación en los asesinatos de la UCA. La querella está siendo estudiada actualmente.
Las víctimas
Además de Ellacuría, aquel 16 de noviembre de 1989 fueron asesinados cinco jesuitas más, también comprometidos con la defensa de la paz y los derechos humanos, y dos mujeres que precisamente se encontraban aquella noche en la universidad para protegerse de la violencia de la guerra civil.
Ignacio Martín-Baró nació en Valladolid en 1942 y estaba en Centroamérica desde 1962. Era vicerrector de la UCA en el momento de su asesinato y director del departamento de Psicología. Sus estudios y obras intentaron responder a la dura represión política, el menosprecio a los derechos humanos y la creciente exclusión sociocultural y económica en América Latina. Fundó el Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) que fue y es, en la actualidad, muy importante para la realización de estudios rigurosos sobre la opinión pública en El Salvador.
Segundo Montes era el superior de la residencia y director del Instituto de Derechos Humanos de la UCA, que fundó. Esta institución investigaba y denunciaba las violaciones de los Derechos Humanos cometidas en el país. Había nacido en Valladolid en 1933 y estaba en Centroamérica desde 1949.
Amando López Quintana, profesor de Teología en el Centro de Reflexión Teológica y Religión de la UCA. Nacido en Cubo de Bureba (Burgos) en 1936, residía en Centroamérica desde 1953.
Juan Ramon Moreno Pardo, navarro, era el secretario del provincial de los jesuitas de Centroamérica. Trabajaba en la zona desde 1951 y era profesor de Teología en la UCA.
Joaquín López y López fue el único jesuita salvadoreño asesinado. Nacido en 1918, era director del movimiento de educación popular Fe y Alegría.
Julia Elba y Celina Ramos, la cocinera de la UCA y su hija. La familia había solicitado a los jesuitas quedarse en la residencia de la Universidad por temor a la violencia y los combates que aquellos días se habían intensificado en la capital.
“Los muertos con espíritu van venciendo gradualmente a quienes los asesinaron”. J. M. Tojeira
Cele. -Celestino-