La leyenda del arco iris, símbolo de paz y unidad
-1º-
Cuentan que hace mucho tiempo los colores empezaron a pelearse. Cada uno proclamaba que él era el más importante, el más útil, el favorito. El verde dijo: “Sin duda, soy el más importante. Soy el signo de la vida y la esperanza. Me ha escogido para la hierba, los árboles, las hojas. Sin mí todos los animales morirían. Mirad alrededor y veréis que estoy en la mayoría de las cosas”.
El azul interrumpió: “Tú sólo piensas en la tierra, pero considera el cielo y el mar. El agua es la base de la vida y son las nubes las que absorben del mar azul. El cielo da espacio y paz y serenidad. Sin mi paz no seríais más que aficionados”.
El amarillo soltó una risita: “¡Vosotros sois tan serios! Yo traigo risas, alegría y calor al mundo. El sol es amarillo, la luna es amarilla, las estrellas son amarillas. Cada vez que miráis a un girasol, el mundo entero comienza a sonreír. Sin mí no habría alegría”.
A continuación tomó la palabra el naranja: “Yo soy el color de la salud y de la fuerza. Puedo ser poco frecuente pero soy precioso para las necesidades internas de la vida humana. Yo transporto las vitaminas más importantes. Pensad en las zanahorias, las calabazas, las naranjas, los mangos y papayas. No estoy todo el tiempo dando vueltas, pero cuando coloreo el cielo en el amanecer o en el crepúsculo mi belleza es tan impresionante que nadie piensa en vosotros”.
El rojo no podía contenerse por más tiempo y saltó: “Yo soy el color del peligro y del valor. Estoy dispuesto a luchar por una causa. Traigo fuego a la sangre. Sin mí la tierra estaría tan vacía como la luna. Soy el color de la pasión y del amor; de la rosa roja, de la flor de pascua, de la amapola”.
(Continúa)
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