![SICUELACUELA-laimagen.jpg picture by celestino_014](http://i287.photobucket.com/albums/ll140/celestino_014/SICUELACUELA-laimagen.jpg?t=1263145487)
Rajoy mataría (televisivamente hablando) por ganar las elecciones al modo en que Belén Esteban mataría por su hija. Aquí lo vemos blandiendo unos tomates mientras acusa al Gobierno de haber vendido a los agricultores españoles a cambio de la vida de Aminetu Haidar. Es mentira. Nuestra agricultura jamás formó parte de la negociación, y él lo sabe. Pero si cuela, cuela. Lo peor, con todo, es lo que vino a decir de manera subliminal: todo este sacrificio, ya ven ustedes, para salvar la vida de una árabe. Si le hubieran aconsejado blandir un hígado de vaca, lo habría enarbolado con idéntica llaneza, salpicando de sangre a las primeras filas. Yo, por gobernar, mato. En fin, que ha llegado a ese punto en el que los políticos confunden la audiencia televisiva con los votos.
Cuando se pronuncia la palabra tomate, acude a la cabeza del oyente el fruto de la tomatera. Pero también es cierto que si al pronunciar la palabra muestra el objeto (en plan Epi y Blas), el éxito humorístico está garantizado. Lo saben los cómicos y lo sabe Rajoy, que quizás de aquí a las elecciones acuda a los mítines con los bolsillos llenos de cachivaches que desplegará sobre el atril a medida que habla. El Rajoy de la foto parece querer emular a Tip`de la célebre pareja Tip y Coll. Además de peinarse como un opositor a notarías, se ha puesto gafas, barba, camisa blanca y corbata de sobrecargo de compañía aérea. El contraste entre esa indumentaria tan formal y la extravagancia de mostrar unos tomates cuando habla de tomates induce a la risa. A ver que enseña cuando hable del caso Gürtel.
Fotografía de García Santos
EL PAIS SEMANAL