Hacer el amor, es una deliciosa demencia voluntaria,
Hacer el amor es más que recibir o entregar
Es lo que lo rodea, lo que precede y continúa.
Y se empieza mucho antes de entrar a una habitación
muchísimo antes de ocupar una cama.
Se comienza a hacer el amor con la mirada y la voz.
Y cuando esto resulta insuficiente,
se continúa con cada una de las neuronas, con cada nervio,
con cada arteria, con el calor de los labios,
con la ternura de las yemas de los dedos,
con la ansiedad de las uñas, con la humedad cristalina
de la punta de la lengua
y, finalmente, se hace el amor con cada trozo de recuerdo,
con cada sístole del corazón,
con cada diástole, con cada frustración y deseo.
Hacer el amor es utilizar el sexo para desintegrarnos por unos momentos
y volvernos a reconstruir renovados.
El sexo es un acto de la naturaleza.
Necesario para asegurar la continuidad de la especie.
Hacer el amor en cambio...
es una creación de la sensibilidad humana.
Fuente: "Con mucho tacto"
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