EL ABRAZO Abrazo al amigo de rostro desconocido, pero al que intuyo, recogiendo en mis manos las lágrimas vertidas en el desconsuelo del silencio. Abrazo a aquel, que sin conocer su voz, la esucho en cada verso como un lamento. Y así, cada sollozo enjugo, para devolver la alegría y la esperanza. Para el amigo que abrazo en su tristeza y en su alegría.
d/a.
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