A la abuela le entró por el cuerpo... ¡ojú con el niño, mentarme!
Desgraciadamente la abuela muere aquella noche. Un disgusto
en la casa, como era natural.
El niño no vuelve a hablar , hasta pasado, otra vez, un
tiempo, y ahora el niño dice:
El padre se descompuso, y por poco se muere del susto. El pobre
hombre va a la oficina, arregla todos sus papeles, recoge los más
importantes, se queda mucho tiempo, pensando, en la oficina...
Vuelve tarde a su casa, y aquella noche muere efectivamente...
el vecino de enfrente.