Podía abrazar su chambrita rosa de estambre, era tan suave cómo el algodón y despedía un aroma tan dulce, estaba recién bañada y dormía plácidamente en mis brazos....
yo la contemplaba y gozaba de aquella inocencia reflejada en su carita, sus mejillas encedidas por la fiebre le daban un tono tan enternecedor a su rostro...
Apenas si habia tomado el medicamente qué el médico había prescrito esta mañana y rápido hizo efecto para calmar su malestar... es tan pequeña! no comprendo porqué tiene qué sufrir...
Su cuna luce tan hermosa, con un bellisimo edredón color marfil, de encajes y listones y un blanquisimo cubrecuna y su pequeña almohadita... todo esta tan lindo, tan armonizado, los colores, las texturas.... pero su cuna está vacía.... Ella no duerme ahí, ahí solo duermen las ilusiones, la esperanza y el dolor....
Se mueve trabajosamente en mis brazos y de su boquita se escapa un leve quejido, de pronto es cómo si se fuera a despertar y comenzar a llorar, la estrecho suavemente y susurrouna canción de cuna qué le devuelve la tranquilidad, entreabre sus ojitos, levanta la manita y roza mis labios mientras dibuja una sonrisa y vuelve a dormir...
No sé cuánto tiempo será así, no sé cuánto tiempo pueda faltar, las lágrimas se escapan de mis ojos en una mezcla de paz y enorme tristeza...
Es tan pequeña.... pero no la quiero ver sufrir...
"Veneno disfrazado de enfermedad,
silencioso enemigo qué dispara a matar,
haz contaminado su sangre inocente
y ahora te la quieres llevar...."
Aguardo lentamente la noche, larga y más oscura qué de costumbre, no hay cansancio capaz de cerrar mis ojos, ni bocado qué me sea capaz de alimentar, solo los minutos qué acompañan mi soledad...
Tomo la cobijita qué yo misma pordé para ella
de un rosa pálido, tan pálido y tan frágil cómo el hilo de vida qué se desprende de su ser, la envuelvo suavemente y le protejo del frio, beso su frente y le doy la bendición...
Padre Nuestro... llegó el tiempo....
Humedezco su rostro con mis lágrimas y la dejo partir...
2010